miércoles, 9 de agosto de 2023

El emisario - Yoko Tawada 多和田葉子

 

Cuando voy sin rumbo por la librería y veo algún libro del lejano oriente, siempre lo tomo entre mis manos y normalmente lo compro, es que los ponen tan a la vista. Bien, es lo que ocurrió con este libro. Y encima leo en la contraportada, 

En el futuro inconcreto en el que está situada esta historia, Japón ya no existe de puertas afuera: una catástrofe de la que nada sabemos ha causado un colapso medioambiental que le ha obligado a cerrar sus fronteras al resto del mundo. El país entero está contaminado, la gran mayoría de las especies animales se han extinguido y la comida se ha convertido en un bien escaso. Las ciudades se han despoblado debido al riesgo de la polución y mucha gente se ha ido a vivir a las periferias, en lugares remotos y aislados. La vida ha ido mutando (aunque el Gobierno ya ha sustituido el término «mutación» por el de «adaptación al medio ambiente»): los hombres tienen la menopausia, todo el mundo cambia de género al menos una vez en la vida, la tecnología ha perdido su foco, el lenguaje ha degenerado y las palabras caen cada vez más rápido en desuso. Los niños que nacen lo hacen débiles y enfermizos, y son los abuelos, que por lo general superan con creces los cien años pero aún conservan un gran vigor, quienes tienen que ocuparse de ellos. Así, la novela resigue un día de la vida del joven Mumei, un adolescente encantador y lleno de esperanza que, en medio del sinsentido que lo rodea, aún ve el mundo con los ojos de quien lo mira por primera vez, y de su bisabuelo Yoshiro, un anciano que vive con la eterna incerteza de lo que el futuro le depara a su bisnieto.

Tenía que haberlo soltado cuando leí que los hombres tenían la menopausia y que todo el mundo cambiaba de género (una vez más, el neolenguaje quiere que asumamos que género y sexo son lo mismo, algo que hace Anagrama de forma descarada), en realidad, en la historia de El Emisario, cambiaban literalmente de sexo, de forma espontánea, físicamente, no tenían que ir al registro civil y hablar de sus sentimientos ni someterse a cirugías espantosas, por lo visto es la evolución de la humanidad, según la autora.

En fin, una vez leído, rápidamente hago la reseña para que no gastes dinero con este libro, y si tienes curiosidad por la historia vete a la biblioteca pública. Le han dado un premio a este libro, pero, como yo no entiendo tal vez sea bueno.

La autora Yoko Tawada escribe tanto en japonés como en alemán y ha sido reconocida con varios premios, por otros libros. El emisario ha sido traducido por Marta Morros Serret
Yoko Tawada