Este año estuve pendiente de los Nobel de literatura. Me gusta que den este premio a escritores desconocidos y últimamente los suecos nos sorprendían con nombres de muy difícil pronunciación, pero sus traducciones comienzan a proliferar como setas y las librerías se llenan de escritores nuevos.
Así, en la quiniela de los ganadores de este año se encontraban, además de autores muy conocidos, los desconocidos (para mi): un keniata Ngugi wa Thiong'o, un coreano Ko Un, un sirio, Adonis...
Pero se lo dieron a Mario Vargas Llosa, mira tu por donde.
Después de la sorpresa inicial, me alegré, dejando de lado el trabajo de su representante para este reconocimiento (lo dijo el propio escritor), está bien que se le haya distinguido con este premio.
Él es un tipo presumido y de derechas (dos cualidades que no me gustan mucho), pero me encanta como escribe. Así que, en cualquier momento procederé a intimar con El sueño del celta.
¿Y a qué viene todo esto?, pues que Joyce Carol Oates es una eterna candidata a los Nobel. Aquí tengo que decir que nunca había leído nada de ella. Vi una entrevista en la televisión cuando vino a España a presentar Ave del paraíso y decidí que tenía que conocerla un poco más y ya que no le dieron el premio a un desconocido y para mi Oates como si lo fuera, me decidí a comprar su libro (un buen tocho) y a leerlo.
Qué puedo decir de esta novela, es más o menos entretenida, se lee bien...
La historia es previsible y el final está bien y no hay otro mejor ni posible.
Con esto quiero decir que si no la hubiese leído, pues, que no me perdería nada del otro mundo.
En una pequeña ciudad, Sparta, una joven, Krista, nos habla de su familia y, sobre todo, de su padre y cuanto le quiere, de cómo pueden cambiar las cosas con algo que aparentemente nada tiene que ver con ellos, como el asesinato de Zoe.
Una mujer muy guapa y encantadora, casada con un medio indio y con el que tuvo un hijo, Aaron.
En esta novela hay asesinatos, cuernos (adulterio), drogas... Parece un folletín. Algo muy manido, pero en ocasiones sí es cierto, los errores de los padres los sufren los hijos y crecen con sufrimiento y rencor, en muchas ocasiones se les fastidia la vida.
La novela está editada por Alfaguara y traducida por José Luis López Muñoz. El diseño de la cubierta es de María Pérez-Aguilera y la imagen de Trevillion Images (es preciosa).
Si bien esta novela no me gustó mucho, creo que volveré a Oates, esta mujer tiene algo especial que me atrae.
Yo también me alegré del Premio a M V llosa. No es necesario compartir todas las ideas para reconocer su valía, aunque seguramente existirán autores "desconocidos" que lo merezcan... ya les lelgará la hora. De todas formas la historia de los Nobel también tienen algún que otro baldón.
ResponderEliminarDe J Carol Oates siempre he tenido tentación de leer algo pero no lo he llegado a hacer; añado tu recomendación a los motivos por leerla
Un saludo
Baldón, vaya palabra, me la apropio, me gusta.
ResponderEliminarA Joyce Carol Oates la han traducido bastante. Tiene buena pinta “La hija del sepulturero”, tal vez le haga un sitio en la lectura.
Chao