Una cubierta de diez, es de Daniel Orviz |
Ryu Murakami, 村上龍, nació el 19 de febrero de 1952 en Nagasaki, en Sasebo, cerca de una base militar norteamericana. Su primera novela fue Azul casi transparente que publica cuando tenía 24 años, le otorgan el premio Akutagawa vendiendo en seis meses, un millón y medio de ejemplares.
Sin embargo, lo primero que sé de este autor es del cine, es el director de la estupenda y que a nadie dejará indiferente Tokyo Decadence (1992), es una indispensable para los aficionados al cine japonés. Otra joya del cine es Audition, de Takashi Miike, está basada en una novela de Ryu Murakami.
Los chicos de las taquillas, コインロッカー・ベイビーズ (Koinrokkā Beibīzu), publicado en 1980. La traducción corre a cargo de Pilar Álvarez Sierra y un epílogo de Antonio Bordón.
Nos cuenta la historia de dos chicos que son abandonados, nada más nacer, en las taquillas de una estación de tren. Sorprendentemente sobreviven. Irán a un orfanato y unos años más tarde serán adoptados. Desde la primera línea, La mujer presionó el estómago del bebé y empezó a chuparle el pene; era más fino que los mentolados americanos que ella fumaba y un poco más viscoso..., hasta el final de ella, 500 hojas después, no podremos quitarnos esta historia de la cabeza y seguiremos con verdadera pasión las andanzas de Hashi y Kiku y tenemos que saber qué pasará con sus vidas. Kiku irá en busca de la datura y quiere acabar con toda la ciudad de Tokio y Hashi se obsesionará buscando un sonido.
Las lecturas de Ryu Murakami no son sencillas y esta historia de los chicos de las taquillas, no solo me apasionó, sino que la sentí en mis propias entrañas, ¿cómo lo hace este Murakami?. Creo que en esta novela tendremos todos los sentimientos que podamos imaginar, primero odio, cómo una madre puede abandonar a sus hijos de esta forma, van a morir, es lo más probable; habrá amor, risas, asco, dolor...
Ryu Murakami |
De casualidad, tu tienes el libro en digital para poder enviarmelo?
ResponderEliminarNo, lo siento, pero lo tengo en papel.
ResponderEliminarSaludos,
Bara