Árbol de los deseos de la Torre Jin Mao, en la planta 88
Llevaba, al menos, veinte días en China, cuando llegué a Shanghai, el 1 de mayo. Celebran durante tres días la fiesta del trabajador y son miles y miles los chinos que hacen turismo. Llevé bastante bien la llegada a la estación del tren bala, el traslado a mi hotel y después moverme en metro y taxi, además, de patear la ciudad, durante estos días y después el resto de la semana, creo que ya estoy preparada para cuantas aventuras planee.
Shanghai, en la zona de Pudong. En la mayoría de las grandes ciudades, hay una bruma que siempre estaba presente, la contaminación muy pocas veces dejaba ver el cielo azul.
Así que, he vuelto de China sana y salva. Y uno de los recuerdos que me quedarán grabados a fuego, es el caos de las calles. ¿Tendrán código de circulación y exámenes para sacar el carné de conducir?. Los peatones no tienen derecho en ningún sitio, ni siquiera en las aceras, porque te puede aparecer una moto cuando menos lo esperes. Además, los cambios de sentido no deben estar prohibidos, en cualquier parte se hacían, da igual que haya línea continua o no. En Xi'an, donde fui a ver los Guerreros de terracota, creo que fue donde peor lo pasé cuando iba por la ciudad. Los chinos tienen cochazos que conducen como si fuesen bicicletas, lo hacen por donde les da la gana. Las ciudades están muy contaminadas, población, industria..., pero tienen legión de personal de limpieza y las calles están limpísimas, una cosa por otra.
Para quienes estéis pensando hacer este viaje para encontraros palacios, templos y ciudades milenarias, tenéis que saber que poco os encontraréis de todo esto. Mao y sus colegas han arrasado con casi todo, a cambio, encontraréis ciudades con kilómetros y kilómetros de rascacielos y muchos automóviles. Así que, para mi ha sido un poco decepcionante. Espero que sigan apareciendo maravillas del mundo antiguo, como los llamados guerreros de terracota, por sí solo ya merece la pena el viaje.
De todas formas, aún quedan algunas cosas y cuando las vi fue muy emocionante. Como fue la ciudad prohibida y la plaza de Tian'anmen. La primera, por todas las referencias a ella en el cine y la literatura, y la segunda, por la tragedia vivida hace unos años por los jóvenes que luchaban por los derechos y libertades fundamentales, y que aún se les siguen negando.
Al final de la plaza Tian'anmen se encuentra una de las puertas, supongo que la más famosa entrada a la ciudad prohibida, con el retrato de Mao Zedong. A pesar de tener fotografías mejores que la que pongo para ilustrar el comentario, dejo la que tiene el coche de policía, porque ésta estaba por todas partes, y mira que recorrí miles y miles de kilómetros, pero la poli y los militares por todas partes, con uniforme y sin él. En el metro tienes que pasar por el escáner todos los bultos, como en el aeropuerto.
Ahora está abarrotada de turistas chinos que hacían cola para ir, sobre todo, al mausoleo de Mao. Estoy por apostar que también se colaban aquí, porque no saben respetar las colas, daba igual donde estuvieras, en una taquilla, en el metro, en un bar, en cualquier parte, hacían un requiebro, y los primeros, nadie se cabreaba ni les llamaba la atención, increíble. Pero yo no lo llevaba muy bien, de todas formas, los últimos días me dije que deben tener una tara de escasez (si es que esto existe), creo que tienen miedo a quedarse fuera, de no llegar...
Y el interior de la ciudad prohibida
Un pescador con cormoranes, en Guilin, era un tipo sin dientes y muy simpático. En las distancias cortas los chinos son muy amables y dispuestos ayudar a una turista que les pregunta alguna dirección. Por cierto, si en Japón había llamado la atención y fueron muchos y muchas quienes quisieron hacerse una fotografía conmigo, además, de chapurrear algunas palabras en inglés, algo que les entusiasma, en China ya fue el colmo. Muchas fotografías me hicieron, pero a diferencia de los japoneses que me pedían permiso, los chinos no, se colocaban a mi lado y un amigo/a hacía la foto, cuando me daba cuenta posaba a su lado, entonces su sonrisa de lado a lado, se puede hacer feliz a los demás con muy poco.
Coincidí en el tiempo con el festival de cine de Beijing, me gustó ver este cartelón allí, en medio de la ciudad, la primera noche que pasaba en la capital de este inmenso país. Por cierto, el gran triunfador fue Wong Kar Wai, con The Grandmaster. Ésta no tiene nada que ver con la mítica Deseando amar (In the Mood for Love, 2000), pero es entretenida. El mismo protagonista masculino de ambas,Tony Leung Chiu Wai , también trabaja en la peli la famosa actriz china Zhang Ziyi que le han vuelto a dar por décima vez el premio a mejor actriz, eso es querer a sus paisanas.
Arriba, otra fotografía de los guerreros, en el medio el nido de pájaro y sobre estas líneas unas máscaras que había en todos los armarios de los hoteles. Nunca me atreví a tocarlas, les hacía fotografías y ya está, es que me daba un poco de yuyu.
En fin, China es China, nos vemos. Gracias por acompañarme y estar por aquí.
Uff! Qué lejos!
ResponderEliminarEN principio no tengo demasiado interés (ni posibilidades realmente) de llegar a ir a China, aunque reconozco sus inmensos atractivos. De momento leoo y veo tus impresiones.
Ciao!
Muchas gracias José por ver mis impresiones, pero na, olvida China y prepara Japón, que es más divertido.
ResponderEliminarBesos
¡Hola Bara! Me quedo un poco tristona. No sé si algún día podré ir a China. En mi imaginario he tenido siempre la visión de una China mítica y me atraía la idea de poder pasar uno, dos , tres meses, recorriendo la China rural..., al estilo de los viajeros de antaño, cosa del todo imposible, a no ser que rompiera con mi vida actual...
ResponderEliminarUna de mis películas favoritas es "El rey de las máscaras" .
Ya imaginaba que la China actual, con el modelo de crecimiento imitando la locura del nuestro (crecimiento sostenido sin tener en cuenta los costes del uso indiscriminado de combustibles fósiles...)ha dado pie a megaciudades hipercontaminadas, y que todo ello no tiene nada que ver con las pelis que me transportan a esa China bucólica, rural y con necesidades de apertura...
A menudo me digo que si no puedo viajar a según dónde, debería escribir a base de un buen trabajo de documentación . Con esto también se puede ser muy feliz, que es de lo que en definitiva se trata. Gracias por tu entrada!! Tal vez aún quede algún lugar al que ir y que no esté contaminado por la locura del consumo. Hoy leía que Bután, tantos años aislado, protege su agricultura y potencia los métodos ecológicos. Tal vez aún hay gobernantes cuerdos.
Saludos y sonrisas!!!
Sonia
Hola Sonia guapa,
ResponderEliminarLa China rural… no me parece muy romántica. Lo que ocurre que en el cine, hasta lo feo lo pueden hacer pasar por hermoso. Los campesinos chinos siguen con la discriminación de la mujer, ella no puede heredar la tierra y si no queda otro remedio, siguen abandonando a las niñas, en el mejor de los casos. También, hay un problema importante con los ancianos, muchos se quedan solos porque los jóvenes se van a las ciudades, y sobrevivir es difícil para todos. Educación, sanidad y alimentación, no son derechos cubiertos, ni mucho menos, China es un país capitalista puro y duro, donde hay muchos pobres que nadie mira para ellos. Esto son solo unas pinceladas.
En cuanto a esa película, El rey de las máscaras, creo que no la vi, así que, me pongo deberes, en cuanto pueda la veré.
Muchos besos, y fantástico que quieras escribir de mundos lejanos, de todas formas, si es fantástica podrás hacer la sociedad que te dé la gana.
Que seas muy feliz,
Bara
Vaya tremenda aventura Bara!!! Si hay algo de lo que me arrepiento de mi etapa nipona es no haber podido ir a China. Y eso que desde la isla era cerquita (media hora en avión) y también el viaje más barato desde ahí. Ya desde Sudamérica es muuuuy improbable -por no decir imposible- que aquel sueño se haga realidad, no sólo por la lejanía sino también por los precios muuuy elevados; ni modo, en aquel tiempo tenía otro objetivo.
ResponderEliminarMe sorprende también aquello de no encontrar templos y castillos como sí los hay y por doquier en Japón. ¿Y el tren bala chino es más rápido y moderno que el japonés? Así que tu fotografía está siendo compartida por miles de chinitos en alguna red social -ya que facebook sigue bloqueada- china o similar. Concuerdo con aquello de que sólo los Guerreros de Terracota ya merece el viaje.
¡Qué máscaras interesantes! Desde aquí no sé si su presencia tranquilizan o asustan.
¿Y la comida Bara? Yo trabajaba con tres chinos y una vez yendo al estacionamiento para jalarlos en el carro pasó un japonés con un perro grande, los tres voltearon y dijeron "oishii...!!" ¿Alguna experiencia gastronómica digna de ser compartida?
¡Abrazo!
PD: Tu selección tendrá como sede esta ciudad. Ya me imagino el despelote que será el intentar siquiera acercarse a ellos.
Hola Manolo,
ResponderEliminarLo cierto es que sí fue una aventura. Por cierto, coincidí en Beijing con una pareja de brasileños, de Rio de Janeiro, y me contaron las horas que emplearon en el viaje, igual que cuando decidimos ir a Australia desde España, que va a caer, en uno de estos años, jo!, cuánto mundo que no conozco.
Pues sí, te perdiste una oportunidad de conocer China cuando estabas en Japón, habría sido más sencillo, pero bueno, a veces acertamos y otras no. Pero tengo que decirte, que después de estar en Japón, China, pues, de 2ª división, un término futbolístico que empleamos en España. Además, de los sitios mencionados en la entrada, estuve en otros como en la Gran Muralla, que en España le decimos la muralla china, y que estuvo muy bien, fue estupendo, por tanto como había leído sobre ella, pero también, llena de turistas chinos. También, en algún que otro templo budista, como uno precioso en Hangzhou, el que más me gustó. Esto es, uno o dos sitios interesantes en cada ciudad y ya está, a diferencia de Japón que a cada paso, teníamos una foto. Poco a poco iré poniendo fotos.
En cuanto lo que comentas de los perros, lo omití a propósito, es un poco asqueroso. Una china me explicó, y mostró, qué perros son los más sabrosos, y ella también muy ufana me decía que también se comen gatos y ratones de la montaña. Tuve que decirle que cambiara de conversación, que no me interesaba nada, pues, me iba a explicar como se les mata. Tengo fotos de los perros que más les gusta y también de insectos fritos en un mercado que apestaba. Las pondré en una entrada.
En cuanto a las máscaras que había en los armarios de los hoteles, por lo que parece, son por si hay un ataque de gas, creo, no las toqué, me daban miedo.
Jajajaja, no sabía que la selección iba a la ciudad donde vives, que bien. Pero vais a estar en invierno, qué frío, veré los partidos por televisión, que aquí estaremos en verano.
Voy a repasar las fotos, a ver si encuentro a los pobres perros.
Matta ne, besos a Sofía