jueves, 24 de febrero de 2011

Kappa 河童- La nariz 鼻- Rashomon 羅生門 - Ryunosuke Akutagawa 芥川龍之介 - Akira Kurosawa 黒沢明

Ryunosuke Akutagawa, 芥川 龍之介, nació el 1 de marzo de 1892 y se suicidó el 24 de julio de 1927, según parece, era un enfermo mental.

Akutagawa, todos los amantes de la literatura japonesa le conocemos, al menos, de nombre, ... fue galardonado con el prestigioso premio Akutagawa en el año.. Pues sí, su amigo y escritor Kan Kikuchi, 菊池 寛, creó un premio literario en su honor en 1935.

El primer cuento publicado por Ryunosuke Akutagawa fue en 1914, 老年, Ronen, y el último en 1927, 西方の人, Saiho no Hito, en total 150. Sin embargo, parece que no caló mucho entre los traductores o editoriales españoles, yo solo conozco publicados los cuentos de los que hablo en esta entrada, Kappa, La nariz y Rashomon (con editoriales diferentes).

El primero de los cuentos, Kappa, viene de la mano de Ático de los libros, segunda vez que traigo a esta editorial al blog, la anterior fue con Kanikosen de Takiji Kobayashi. Kappa fue publicado en noviembre de 2010 y la traducción corre a cargo de David Favard.

Cuentan las crónicas que Akutagawa escribió este cuento como crítica a la sociedad de su época, por el abandono de costumbres tradicionales, la apertura a occidente, la inmersión al capitalismo salvaje que acarreaba la explotación de los trabajadores... confieso que me olvidé de todo esto, me dejé llevar y disfruté de la lectura.

Cuando leo un libro y sonrío, soy feliz, cuando sonrío varias veces, mucho más feliz. Cuando echo una carcajada, soy enormemente feliz, pero cuando son varias las carcajadas, qué puedo decir, mi dicha es inmensa, y dichosa me quedé.

El título del libro, Kappa, se refiere a una criatura del folclore japonés que se supone que vive en los lagos y ríos, suele representarse con un caparazón, en los cuentos tradicionales japoneses son los personajes malos. Parece ser que la palabra Kappa viene de capa, de origen portugués.

El narrador es un trabajador del hospital psiquiátrico y cuenta la historia de un paciente, el nº 23, dice que si alguien duda de lo que cuenta que se acerque al hospital que está cerca de Tokio y que el propio paciente le contará la misma historia.

Y este paciente cuenta que en una excursión al monte Hodaka se dio de bruces con un Kappa, que intentó atraparlo y de repente cayó en un agujero, perdió el conocimiento y cuando despertó se vio rodeado de varios kappa. Así, comienza una gran aventura, y mis carcajadas.

Nos cuenta el protagonista cómo es la sociedad de los Kappa, nos habla también de su idioma, el kappanés, pero que entienden perfectamente el japonés, de sus vehículos, ciudades, fábricas, médicos, filósofos... Algunas de sus costumbres son un tanto extrañas para nosotros, así cuando un niño kappa va a nacer, el padre se coloca frente a la vagina de la madre y le pregunta al niño si quiere nacer o no. Además, sabremos cómo se hacen los libros, la solución al desempleo, cómo es un capitalista, cómo es el sexo, la forma de cortejo y muchas cosas más.

Después de pasarlo tan bien con esta lectura y que a todo el mundo aconsejo, hay beneficios inmediatos físicos y psíquicos, me fui a mi pequeña biblioteca japonesa, que aumenta poco a poco, y cogí un libro que tiene dos relatos más de Akutagawa, Cuentos japoneses, de la editorial popular, esta fotografía tan chiquita de la izquierda es la cubierta, no encontré nada mejor. Los incluidos de este autor son, La nariz y Rashomon y los volví a leer con auténtico placer.

La nariz 鼻 (Hana)

Al leer este cuento, creo que todos nos acordamos de Quevedo, érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa..., algo parecido. En este caso, un monje que vivía en un distrito a las afueras de Kyoto, tenía una nariz tan grande, que un discípulo con un palo tenía que apartársela para que pudiese comer.

Si bien, ante los demás no quería dar la impresión que estaba siempre pendiente de su enorme colgajo, lo cierto era que no lo quitaba de la mente. Había probado todo para reducirla: ingirió un brebaje a base de culebras; puso la nariz a remojo en orina de ratón (ahhhh¡, qué asco).
Además, vigilaba las narices de los demás, siempre se fijaba en las de los visitantes, a ver si alguno tenía una nariz como la suya, al menos uno.

Hasta que un día, un discípulo que fue hasta la ciudad y allí un médico chino le inició en el arte de reducir narices... ¿Será cierto?
Este cuento es magnífico, nos hace sentir los problemas del pobre monje y sufrimos con él.

Rashomon 羅生門

Rajomon o Rashomon era una de las puertas de entrada a la antigua capital de Japón, Kyoto, medía 32 metros de ancho, 8 metros de profundidad y 9 metros de alto. Fue construida hacia el año 789. Con el paso del tiempo, se convirtió en morada de malhechores y especie de cementerio. Rashomon fue destruída y en su lugar han puesto esta piedra para recordarla, la fotografía de la derecha.
Sí, lo de atrás es un tobogán

El cuento comienza en una noche fría y estaba lloviendo. El lacayo de un samurai se encontraba bajo la puerta Rashomon esperando a que escampara.

Nos cuenta el narrador que una serie de calamidades, terremotos, incendios y tifones habían asolado la ciudad de Kyoto, dado el estado de ésta, era impensable reconstruir la Rashomon.

Así, muchas fieras hicieron allí su madriguera, los forajidos su refugio y con el tiempo, se tiraban cadáveres.

El lacayo estaba pensando dónde podría ir cuando dejase de llover, pues, había sido despedido por el amo al que sirvió durante años, sopesando la posibilidad de hacerse un ladrón.
Pensando en su futuro y como la lluvia arreciaba, comenzó a caminar por la puerta, subió unas escaleras, ahí no había más que algunos muertos, pero en esto vió que algo se movía....

En este cuento no hay risas, al contrario, da un poco de asco. Creo que no descubro nada si digo que Ryunosuke Akutagawa es de esos escritores que nos hacen sentir todas las emociones que se propone, risa, miedo, vergüenza, asco.., es una pena que no tengamos más posibilidades para disfrutarlo, seguro que tiene en todos esos cuentos que escribió, auténticas maravillas y que no son desconocidas.
Ryunosuke Akutagawa
De Akira Kurosawa, quién no conoce su película de 1950, Rashomon. Sin embargo, la película y el cuento solo tienen en común el nombre, el lugar, la lluvia y poco más. Kurosawa basó su película, además, en otro cuento de Akutagawa, En el bosque, 藪の中 (Yabu no Naka), publicado por primera vez en Japón en 1922 y narra que una mujer es violada y su marido asesinado, ofreciendo siete declaraciones distintas de lo ocurrido, hasta el muerto hace su declaración.

Akira Kurosawa y Shinobu Hashimoto escriben el guión de la película, considerada como una obra maestra. Entre otros galardones, esta película obtuvo en 1951 el León de Oro del festival de Venecia y en el mismo año, Oscar a la mejor película de habla no inglesa, con esta película se inaugura esta categoría, al año siguiente fue nominada al Oscar a la mejor dirección artística, en blanco y negro

Para hacer la película Kurosawa tuvo grandes dificultades, pues, era considerada una película rara y muy complicada en el argumento. Cuando por fin obtuvo financiación, no mucha, basta ver la película, y se estrenó, en Japón no tuvo ningún éxito y cuando vieron el que tuvo en occidente dijeron que era por el exotismo de la película.

Como la puerta de Rashomon ya no existía, físicamente, Kurosawa ni corto ni perezoso mandó construir una, la película así lo requería, desde luego, creo que es la primera imagen y es impresionante

En un día lluvioso un hombre llega a la puerta de Rashomon a cobijarse de la lluvia. Allí están un leñador y un monje. Comienzan a hablar de que una mujer ha sido violada y su marido asesinado. Así, cada protagonista, por medio de flashbacks, contará los hechos, el leñador, el asaltante, la esposa y el samurai, éste lo hará a través de un vidente, todas serán declaraciones contradictorias. Según Kurosawa, el ser humano tiene necesidad de mentir y hasta después de muerto es incapaz a renunciar a seguir mintiendo. A destacar la fotografía y como curiosidad, en la banda sonora se incluye el Bolero de Ravel.

Todos los actores son buenísimos, el más conocido es sin lugar a duda, el grande, grande Toshiro Mifune, pero al resto también los podemos disfrutar en muchas otras películas posteriores. Película para ver y disfrutar de Akira Kurosawa con la ayuda inestimable de Ryunosuke Akutagawa.

Reparto:

Toshirō Mifune, 三船敏郎, Tajomaru (el bandido)
Machiko Kyō, 京 マチ子, la esposa
Masayuki Mori, 森 雅之 , el samurai
Takashi Shimura, 志村 喬, el leñador
Minoru Chiaki, 千秋 実, el monje
Kichijiro Ueda, 上田吉二郎, un plebeyo, está en la puerta

El que se supone el primer trailer de Rashomon

Akira Kurosawa

8 comentarios:

  1. ha pasado mucho tiempo desde que la vi.
    Gracias a tus informaciones, creo que la veré de nuevo, ... con otros ojos...

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola José,
    La película no cambia, pero está bien eso de “el por qué de las cosas”.
    Saludos,
    Bara

    ResponderEliminar
  3. La película es muy buena y el cuento ni hablar.

    Recomiendo leer "El biombo del infierno" del mismo autor.

    ResponderEliminar
  4. Hola Wilber,
    El biombo del infierno no lo he leído, así que, apuntado, en cuanto lo consiga lo leo.
    Gracias, saludos,
    Bara

    ResponderEliminar
  5. En el volumen "Rashomon y otros cuentos" tienes varios cuentos del maestro Akutagawa, entre ellos el otro que utilizó Kurosawa para la película.

    ResponderEliminar
  6. Gracias Lleonard, no conocía esta publicación, la anoto para el próximo pedido, qué bien.

    ResponderEliminar
  7. Te dejo tres nombres de tres relatos de Akutagawa que pude leer: "El hilo de la araña" y "Toshishun, el cuento chino del joven pródigo y el mago ermitaño", ambos encontrados en ediciones tipo juveniles, con lindas ilustraciones, y "Senin" que está en la "Antología ..." de Borges, Bioy y Ocampo.

    Aquel ""Rashomon y otros cuentos" tuve la suerte de encontrarlo y debo leerlo... por febrero, espero.

    Creo que cualquier texto de este nipón no tiene pierde.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Pues apuntados están y coincido contigo, creo que todo lo de Akutagawa no tiene desperdicio.
    Un abrazo Manolo,
    Bara

    ResponderEliminar