
Según tengo entendido, kanikosen se ha convertido en todo un fenómeno entre la juventud japonesa, desde luego, que su autor estaría muy satisfecho de haber llegado con su historia a sus compatriotas después de tantos años. De todas formas, la publicidad de que los jóvenes japoneses de hoy en día, se identifican con los sufrimientos de los protagonistas de la novela, bueno, no creo que sea para tanto. Supongo que han descubierto una lectura impactante y que describe situaciones que, como poco, les sorprende que pudieran darse no hace tanto en su país, además, la muerte trágica de su autor.
La novela la publica la joven editorial Ático de los Libros y traducida del japonés por Jordi Juste y Shizuko Ono. Desde aquí, les doy la bienvenida y seguiré con mucha atención sus próximas publicaciones. Novela corta, 142 páginas, además, incluye la nota del editor estadounidense de 1933, muy interesante.
La historia se desarrolla en un barco (el Hakko Maru) pesquero que va en busca de cangrejos al mar de Kamchatka. El capitalismo salvaje provoca miseria y esclavos. Así, la vida de los pescadores y del resto de trabajadores del barco, son menos importantes que el beneficio económico de unos pocos. "Perder cinco o seis cuerpos no tiene ninguna importancia, pero sería una lástima perder el bote". Los pescadores irán tomando conciencia de que deben unirse y que ahí está su fuerza.
Ático de los Libros también publicó Mi Tío Napoleón de Iraj Pezeshkzad.
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