Seguro que los iraquies ahora están más tranquilos, Blair tiene fe y reza por los dos millones de muertos que hubo como consecuencia de esa guerra en la que piensa todos los días. Además, al ser católico y confesar todos los pecados, pues no hay problema, Dios le perdonó y cuando muera se irá derechito al cielo, junto a sus amigos Bush y Aznar, ¡ah no, que el yanqui no es católico!
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