De ahí que la protagonista del libro adopte este nombre en sus correrías de terapeuta, porque es muy excitante y todos los hombres se enamoran de ella, además, aunque no tiene que ver con el nombre, las relaciones sexuales en la psicoterapia (su profesión), en los sueños, aunque no están bien vistas por muchos de sus colegas, ella sabe que en ocasiones son necesarias y ayudan a los pacientes.
En el instituto de investigación psiquiátrica donde trabaja Paprika, no son de los enfermos mentales de quienes tenemos que cuidarnos, sino de los doctores. La ambición y la envidia de unos a otros (los malvados doctores Inui y Osanai, éste es muy hermoso, aunque entre ellos hay algo más que amor por la medicina, son enemigos de Paprika y de sus amigos), nos sumergen en una historia de locura, robos, asesinatos y monstruos, con budas gigantes, grifos, demonios..., sembrando el pánico y mezclando los sueños y la realidad y lo que ocurra en uno u otro lugar tendrá consecuencias irreparables.
La doctora Atsuko Chiba y el doctor Kosaku Tokita, son colegas de profesión y están enamorados, además, nominados al Nobel de Fisiología o Medicina y esto ha abierto la caja de los truenos. La aventura comienza con el encargo que hace Torataro Shima, el jefe del instituto, a la doctora para que Paprika trate de una neurosis a un hombre de negocios muy importante, Tatsuo Nose, y sin que nadie se entere.
El tratamiento se llevará a cabo en el apartamento de la doctora y con la ayuda de aparatos de psicoterapia o PT, escáneres y reflectores que observan el interior de la mente, además, la terapeuta puede entrar en los sueños de ese paciente y después analizarán juntos las imágenes, es como si viesen una película. A la vista del éxito, su paciente intentará que Paprika ayude a su amigo Toshimi Konakawa, un alto funcionario de la policía que no consigue dormir. Nose y Konokawa serán dos aliados de la doctora en la lucha por el control del instituto. Por su parte, el doctor Tokita ha inventado unos Mini DC que mejoran enormemente los PT, son mucho más eficientes pero aún están en fase de pruebas y ha ocurrido algo terrible, han sido robados por sus enemigos.
Tanto tiempo deseando leer Paprika y por fin cuando lo tuve entre mis manos, qué felicidad. Después de Hombres salmonela en el planeta porno y de Estoy desnudo, Ediciones Atalanta nos ha traído Paprika de Yasutaka Tsutsui 筒井 康隆 y ha sido un auténtico placer su lectura, la traducción ha corrido a cargo de Jesús Carlos Álvarez Crespo (un sufridor del gran terremoto de Japón del once de marzo pasado y de sus réplicas) y ha sido una lectura soberbia, por momentos me creía que andaba por los pasillos de ese terrible instituto de investigación, además, las explicaciones de los distintos monstruos que van apareciendo son estupendas y por algún momento me daba la impresión que estaba a su lado y que me iban a atacar. Quien conozca al autor no descubro nada, pero quien no, les digo que se dejen llevar por la historia y se conviertan en sus cómplices. Yasutaka Tsutsui es de los escritores que cuando comenzamos una de sus historias, tenemos que seguir hasta el final, tiene una imaginación portentosa, para mi es apasionante. Quiero más. Fernando Iwasaki nos hace un estupendo prólogo.
Como no todo es perfecto, algo que me gusta... solo un poco, evidentemente la cubierta, ese pimiento y el círculo rojo, en fin.
Paprika パプリカ fue publicado por Yasutaka Tsutsui en 1993 en Japón (bastante anterior a la saga de Matrix) y en 2006 el llorado cineasta Satoshi Kon hizo una película que nos presentó él mismo en Sitges, la próxima entrada del blog será par él y su Paprika.
(Más o menos: Al escribir esta carta, te envío todo mi amor, recuerda que siempre estaré enamorado de ti, guarda estas palabras hasta que estemos juntos, guarda todo mi amor para siempre. P.D. te amo, te amo, te amo. Volveré a casa contigo, mi amor, hasta ese día, amor. P.D. te amo, te amo, te amo. Al escribir esta carta, te envío todo mi amor, recuerda que siempre estaré enamorado de ti, guarda estas palabras hasta que estemos juntos, guarda todo mi amor para siempre. P.D. te amo, te amo, te amo. Al escribir esta carta… te amo.)
En Roppongi (está en Tokio, es un barrio, una zona de copas) un bar llamado Radio Club, uno de los sitios de las correrías de Paprika, escuchaba esta vieja canción, no dice que eran The Beatles quien la cantaba, pero como si lo dijese, una licencia me permito (una más)
Yasutaka Tsutsui |
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