Sobre los dos primeros, poco se puede hacer, salvo que la ciencia avance lo suficiente y nos permita predecir con tiempo suficiente un terremoto de estas características, sin embargo, sobre el tercer "accidente", la fuga de radiactividad, aquí si podemos decidir si queremos o no este riesgo, eso para fines pacíficos y decidir si estamos dispuestos a asumirlo, recordando que, una fuga radiactiva en una región no se queda en ésta, sino que se puede extender miles de kilómetros.
Anagrama nos publicó en noviembre de 2011 Cuadernos de Hiroshima ヒロシマ・ノート (Hiroshima noto), publicada en Tokio en 1965 por Kenzaburo Oe, nos habla del dolor sufrido por los sobrevivientes a las bombas atómica y de hidrógeno lanzadas por los norteamericanos el 6 y 9 de agosto de 1945, en Hiroshima y Nagasaki, respectivamente.
Aunque el fin de las centrales nucleares y lanzar una bomba atómica no es, indudablemente, el mismo, los efectos son idénticos, de ahí que creo que, a pesar de todo, la ciudadanía no tiene conocimientos suficientes para expresarse si ququiere o no este tipo de actividad, no podemos dejar de lado conocer los efectos de la radiación. Esta oportunidad nos la da Kenzaburo Oe a través de sus Cuadernos de Hiroshima, si bien, esta lectura es mucho más dolorosa que la que nos cuentan las crónicas periodísticas actuales sobre Fukushima, porque aquel sufrimiento fue infligido, conscientemente, de un pueblo a otro, para arrasarlo, para causar el mayor daño posible.
De la lectura de estos Cuadernos me han sobrecogido muchas cosas, pero una, que desde mi época, el país en que vivo y mi cultura no puedo comprender y es la poca, por no decir en muchos casos nula ayuda pública que recibieron las víctimas de las bombas. En algún momento podemos pensar que el desconocimiento de los efectos de la radiación así explicaría esa forma de actuar, pero más me inclino a pensar que, por una parte la férrea censura de los norteamericanos para que no se hablara de ciertos temas y, añadido, por otra, los propios japoneses, algunos se sentían culpables de estar enfermos y otros simplemente, su ignorancia sobre el tema, no sabían qué podían hacer, nos hace sentir mucho dolor en la lectura de estos Cuadernos.
El libro termina con una clarificadora entrevista realizada por Philippe Pons a Kenzaburo Oe en 2011 titulada Tsunami. Vivimos bajo la mirada de las víctimas, traducida por Francesc Rovira. El escritor nos habla de las consecuencias del gran terremoto, tsunami, las fugas de radiactividad en Fukushima, del pensamiento del japonés actual...
Cuadernos de Hiroshima está traducido por Yoko Ogihara y Fernando Cordobés. Un libro que deberíamos tener siempre cerca y volver a leer para no olvidar, jamás, las barbaridades que somos capaces de cometer y que no tiene nada que ver, con nuestra nacionalidad.
Kenzaburo Oe en una manifestación contra las centrales nucleares |
5 comentarios:
Bara, me entere de casualidad de estas conferencias sobre literatura japonesa. Empiezan hoy martes 13, y al parecer se transmiten en directo por:
http://www.mapfre.com/fundacion/es/cultura.shtm
http://www.mapfre.com/fundacion/es/exposiciones/cultura/sesiones-en-directo.shtml
No sé si se quedaran grabadas y se podran consultar después.
Practicamente no tengo tiempo de atender los blogs. Hoy hice un tiempecito pero sólo para subir un enlace a la seccion del Intermedio que se esta filmando en Japon y mandarte la información de las conferencias.
Te mando un gran saludo!
Emilio
Hola Emilio,
Vaya, estos de MAPFRE hacen algunas cosas que están bastante bien. Espero que hayan grabado las sesiones.
Mañana veré el vídeo que pusiste en el blog, estoy con las pupilas dilatadas (vengo del oculista, no sé que demonios me hizo) y me cuesta fijar la vista.
Muchas gracias por el enlace y, sobre todo, por dejar el trabajo aparcado y poner un comentario,.
Un abrazo,
Bara
Ya había leído el año pasado declaraciones de Oe sobre las centrales nucleares de Fukushima.
Recuerdo que los fines de semana en la entrada de un centro comercial en Gifu-ken se ponían gente con fotografías cada cual más cruda de sobrevivientes de aquella tragedia pero que vivían aislados y exentos de ayuda, ellos recogían fondos para ayudarlos con las medicinas y demás gastos. Los japoneses pasaban indiferentes ante ellos y eran los extranjeros los que nos deteníamos a pedir información y ayudar dentro de las posibilidades a estas personas. Es algo que hasta ahora no se logra entender.
Hola Manolo,
Yo no puedo comprender esa “aparente” apatía de los propios conciudadanos de las víctimas de las bombas atómica y de hidrógeno. Aunque también hay que pensar en otras cientos de miles de víctimas causadas por bombardeos con bombas incendiarias, “convencionales”… y de las que nadie se acuerda.
Philippe Forest, en su libro “sarinagara” (en cuanto pueda hago una entrada), habla de todo esto en el capítulo “Historia del fotógrafo Yosuke Yamahata”, de éste son probablemente las fotografías que viste en Gifu-ken. Este capítulo es desgarrador.
Un abrazo,
Bara
Comparto con vosotros un audiolibro de Cuadernos de Hiroshima
https://audiolibrosencastellano.com/ensayo/audiolibro-completo-cuadernos-hiroshima-kenzaburo-oe-1965
Fue bastante duro, pero es una lectura tan incómoda como necesaria. Espero que os ayude a conocer mejor nuestra historia reciente.
Un saludo
Publicar un comentario