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lunes, 8 de diciembre de 2025

El clan Inugami - Yokomizo Shishei ( 横溝 正史)- The Inugami Family -(犬神家の一族) - Kon Ichikawa (市川崑)


🗡️ El Clan Inugami: Una Maldición de Máscara y Herencia 

Hay imágenes literarias que, una vez vistas, jamás se olvidan. En el panteón del misterio japonés, ninguna es tan inquietante como la de un hombre que regresa de la guerra ocultando su rostro tras una inexpresiva máscara de goma blanca. Hoy quiero hablaros de El clan Inugami de Seishi Yokomizo, un clásico atemporal donde la atmósfera de posguerra se mezcla con un drama familiar sangriento. 

La historia comienza con la muerte del patriarca Sahei Inugami. Su testamento, diseñado para sembrar la codicia, obliga a su hermosa protegida, Tamayo, a casarse con uno de sus tres nietos, desatando la furia de las tres hijas del clan. Con una fortuna inmensa en juego, y un misterioso heredero ilegítimo al acecho, los asesinatos rituales no tardan en aparecer. Es la labor del desaliñado detective Kosuke Kindaichi desentrañar este complejo nudo de identidades, codicia y tradición. 

Por qué sigue siendo un clásico inolvidable 

Lo que hace de El clan Inugami una obra maestra no es solo su intrincada trama de crimen (Honkaku), sino la opresión de su atmósfera. Yokomizo teje una red de secretos familiares tan densa que es imposible adivinar la verdad hasta la última página. Este libro es un estudio sobre cómo la avaricia, disfrazada de tradición, destruye los lazos de sangre. No es solo un 'quién lo hizo', sino por qué y quién es quién en realidad dentro de este linaje maldito. 

🎬 Yokomizo, Kindaichi e Ichikawa 

El valor cultural de esta obra se extiende más allá de sus páginas. 

Seishi Yokomizo (1902-1981): Considerado uno de los maestros del misterio japonés. Su detective, Kosuke Kindaichi, ha sido el motor de docenas de novelas y adaptaciones, y Yokomizo se ganó el apodo de "John Dickson Carr japonés" por su habilidad para construir rompecabezas de habitación cerrada. 

Kon Ichikawa (1915-2008): Un director que ya conocéis en este blog por su profundo y emotivo drama bélico Fuego en la llanura. Su adaptación de El clan Inugami en 1976 fue un éxito masivo que demostró su versatilidad: aplicó su maestría visual para crear una atmósfera lúgubre y precisa, cimentando la imagen del detective Kindaichi (interpretado por Kōji Ishizaka) y elevando la obra al estatus de referente cultural en Japón. 

El clan Inugami es una experiencia cinematográfica en papel que nos recuerda el poder de los secretos familiares. 


Nota sobre la búsqueda (Un tesoro agotado) 
Ten en cuenta que El clan Inugami se encuentra actualmente agotado en librerías. Esto añade un toque de misterio extra a la búsqueda, ya que solo es posible encontrarlo en el mercado de segunda mano o en formato e-book. 
         Yokomizo Shishei                               Kon Ichikawa

sábado, 6 de diciembre de 2025

Nunca me abandones (Never Let Me Go) - Kazuo Ishiguro 石黒一雄


No tengo ningún libro, ni siquiera noticia o recomendación, en el blog de Kazuo Ishiguro (石黒一雄), simplemente porque no es japonés: es un autor británico de origen japonés. Seguramente tuve este pensamiento en algún momento cuando inicié el blog; ser friki es lo que tiene, pero poco a poco me estoy "universalizando" y hay un mundo literario y cinéfilo que estoy descubriendo. 

Kazuo Ishiguro nació en Nagasaki en 1954; su madre vivía allí cuando los americanos lanzaron la bomba atómica sobre la ciudad. A su padre, que era oceanógrafo físico, le ofrecieron un trabajo en el National Oceanography Centre en 1960, por lo que se fueron a vivir a Guildford, una ciudad a 43 kilómetros de Londres. Kazuo Ishiguro no volvió a Japón hasta 30 años después, y eso porque fue invitado por The Japan Foundation. De hecho, el propio autor ha comentado muchas veces que su Japón es un lugar "imaginario", construido a través de los recuerdos de sus padres, ya que su educación fue totalmente británica.

Supongo que tendré tiempo de hablar de él en otra ocasión, pues ha publicado mucho y muy bueno. En 2017 le dieron el Premio Nobel, algo que me decepcionó mucho en su momento porque no se lo dieron a mi amado Haruki Murakami, aunque reconozco que Ishiguro ha sido un dignísimo ganador.

El libro que te traigo, Nunca me abandones (Never Let Me Go), se publicó en 2005. Yo lo leí el año pasado y me impresionó mucho. No pienso contarte nada de su historia para que tengas las sensaciones que yo experimenté, aunque eso sea algo imposible: cada uno tiene sus circunstancias vitales, sus lecturas previas, etc., y el mismo libro no nos provoca las mismas emociones.

No sabía nada del libro, solo que es una historia distópica, melancólica y muy emocional; no sé qué más decirte de ella sin destripar el argumento. Como curiosidad, te cuento que el título hace referencia a una canción ficticia de jazz de una cantante llamada Judy Bridgewater, un detalle que tiene un gran peso simbólico en la trama. El género literario de la novela es el de aprendizaje, término conocido en alemán como Bildungsroman.

De esta novela, Mark Romanek dirigió una película en 2010. No está mal, pero como conocía la historia, tuve un nudo en la garganta todo el tiempo y con el deseo de que terminase diferente al libro. 

En fin, si te adentras en Nunca me abandones, creo que no te arrepentirás.
Kazuo Ishiguro



jueves, 4 de diciembre de 2025

La península de las casas vacías - David Uclés


La Península de las Casas Vacías: Cuando la guerra es realismo mágico

Un año de contrastes y el hallazgo de Jándula.

Si mal no recuerdo, dediqué gran parte de 2025 a leer a autores ingleses. Tenía planeado un viaje de un mes por Gran Bretaña e Irlanda, y quería empaparme de la literatura de aquellos lares. Por eso, toqué muy poco el japonés y mucho menos la literatura española. De nuestra lengua patria solo leí a Irene Vallejo con El infinito en un junco (un libro hermoso donde los haya, que próximamente tendrá su entrada en el blog), y hace solo un mes, tuve la oportunidad de leer a Javier Marías con Corazón tan blanco

Esta última fue una lectura muy absorbente que todavía me hace reflexionar de vez en cuando (ese final... ya hablaré de él en otro momento). Tengo ese ejemplar porque lo heredé: en mi familia, cuando quieren vaciar una casa —nunca mejor dicho—, me llaman. Ya veo las cajas de libros preparadas para que me las lleve, y así fue como abrí las páginas de Corazón..

El asalto de David Uclés

Sin embargo, al regresar de mis vacaciones británicas, La península de las casas vacías comenzó a asaltarme por todas partes. Google no paraba de sugerirme noticias y personalidades muy sesudas hablaban maravillas de la obra. En fin, no me pude resistir. En una visita a la librería, creo que fue en octubre, vi casi una pared entera dedicada a este libro de tapa dura, con el mapa de Jándula, de Iberia y el árbol genealógico de la familia protagonista.

He leído bastante sobre la Guerra Civil española, un tema que conozco bien porque mi familia me habló mucho sobre ella y que también la sufrió como tantas otras. Pero David Uclés nos habla de ella de una forma tan peculiar que, si has leído a García Márquez, sentirás que La península de las casas vacías es nuestro realismo mágico patrio actual, pero sin escatimar todo el horror de una guerra civil, hermano contra hermano.

La perspectiva de la nueva generación 

Es especialmente revelador que David Uclés, nacido en 1990, aborde un trauma como la Guerra Civil con esta perspectiva. Su distancia generacional le permite liberarse del peso del realismo puro que marcó a las primeras narrativas del conflicto. No se trata de recontar los hechos como una crónica, sino de procesar el eco emocional del trauma a través de la fantasía. Al introducir elementos insólitos y el citado realismo mágico, Uclés nos obliga a mirar más allá de la historia documentada, centrándose en el mito, el folclore y cómo el horror transforma hasta la propia geografía de un pueblo. Es una forma valiente y necesaria de reescribir la memoria. 

La deshumanización del conflicto

La novela narra la descomposición de una familia en Jándula a causa del conflicto y la deshumanización del pueblo. Uclés nos muestra cómo, al creer que el inicio de la guerra y la toma de partido nos da derecho a actuar como una manada, el único objetivo pasa a ser la exterminación del enemigo, sin importar en qué bando estés.
David Uclés

lunes, 1 de diciembre de 2025

JUSTINIANO Emperador, Soldado, Santo - Peter Sarris



Justiniano I: De Padre del Derecho a Emperador Despiadado. La Dualidad Revelada por Peter Sarris 

La publicación en 2024 de Justiniano, Emperador, Soldado, Santo, de Peter Sarris, me trajo tres recuerdos inmediatos: mi época de estudiante de Derecho, un viaje que hice a Estambul hace dos años, y la visita a uno de los monumentos que siempre quise conocer.

Mi estancia en Estambul fue divertida y sin sobresaltos, hasta que el último día tomé un taxi destartalado. Estuve a punto de bajarme, pero ya era tarde y tenía que llegar al aeropuerto. Sin duda, fue el taxi más cochambroso en el que jamás viajé. Durante el trayecto, el conductor, al que le había dicho que iba tarde, conducía a toda velocidad y cambiaba de carril constantemente; me imaginaba dando con mis huesos en cualquier cuneta. Al final, todo resultó bien y quedó en una anécdota simpática. Incluso el chófer me sonrió al llegar, cogió mi maleta y la dejó sobre la acera, justo delante de la puerta. ¡Todo un detalle! Por supuesto, se ganó una buena propina, pues hizo su trabajo muy bien.

El monumento que más anhelaba visitar en aquel viaje era Hagia Sophia, o Santa Sofía, a la que tenía completamente idealizada. Sin embargo, debo admitir que no la disfruté tanto como había imaginado, en parte porque ahora funciona como mezquita, lo cual limita la experiencia que yo esperaba.

La fotografía de arriba es una de las cientos que hice. El majestuoso interior de Santa Sofía, una obra maestra arquitectónica que Justiniano I concibió como el corazón de su imperio cristiano. La imagen capta la impresionante cúpula bañada por haces de luz, el vibrante tapiz de visitantes y orantes, y los imponentes medallones caligráficos islámicos que narran siglos de transformación. Observa las telas que, en las pechinas de la cúpula, cubren las figuras cristianas, un claro recordatorio de la compleja superposición de historias, fe y poder que Peter Sarris desvela en su biografía. Este templo es un espejo de la propia dualidad de Justiniano: el genio legislador que forjó los cimientos de la justicia moderna, y el emperador implacable que buscó la uniformidad religiosa a toda costa.


I. El Jurista que Forjó la Razón y la Ley

El Jurista que todos conocemos es Justiniano, autor del monumental Corpus Iuris Civilis, que se compone del Código (leyes imperiales), el Digesto/Pandectas (opiniones de juristas) y las Instituciones (manual para estudiantes).

Esta obra no solo salvó el Derecho Romano para la posteridad, sino que es la base de casi todos los sistemas de Derecho civil modernos (en Europa continental, América Latina, etc.). Esta es la imagen pulcra e idealizada que perdura en las facultades de derecho, donde se le ve como el garante de la Razón y la Ley, el hombre que ordenó el caótico derecho romano.

II. La Cruzada de la Uniformidad: El Lado Oscuro

Sin embargo, el libro de Peter Sarris nos da la clave para desvelar la verdad completa. Es más que un jurista; es un emperador total que forjó un nuevo mundo con mano de hierro. Sarris revela que Justiniano era un fanático religioso cuya política era inseparable de su fe.

Su objetivo político-religioso era la uniformidad total bajo la bandera del cristianismo Niceno-Calcedonio (Ortodoxo). El llamado odio al no cristiano se tradujo en una lucha activa contra la disidencia:

  • Anticristianos (Paganos): Emisión de edictos severos que cerraron las últimas escuelas paganas, como la famosa Academia de Atenas en 529 d.C., marcando un fin simbólico a la Antigüedad Clásica.

  • Herejes (Cristianos no Ortodoxos): Persecución activa de grupos como los Monofisitas y otras facciones cristianas que ponían en peligro la unidad del Imperio.

El Contexto de la Crueldad: La intolerancia de Justiniano no era solo una cuestión de fervor religioso, sino de política imperial. Para él, un imperio unificado en la fe era un imperio fuerte. La tolerancia era vista como debilidad o, peor aún, como sedición ante la autoridad. 

Este análisis del poder en la Tardoantigüedad nos obliga a reflexionar sobre la disparidad de trato basada en el sexo en la narrativa histórica. Si bien la relación entre Adriano y el favorito masculino Antínoo ha sido elevada al mito de la pasión y la tragedia poética, la figura de la emperatriz Teodora —quien no solo fue la esposa de Justiniano sino su co-gobernante política y religiosa (de hecho, Justiniano tuvo que cambiar la ley para poder casarse con ella)—, a menudo es tratada por los historiadores con suspicacia o relegada a ser la sombra intrigante del poder. El contraste entre la idealización del hombre y la crítica o el olvido de la mujer es notable. El libro de Sarris ayuda a restaurar la imagen de Teodora como una figura de poder por derecho propio, esencial para entender el carácter implacable y totalitario del reinado de Justiniano. 

 III. El Espejo de la Tardoantigüedad

¿Cómo reconciliamos al hombre que creó el fundamento de la justicia occidental con el hombre que impuso la intolerancia por ley? La biografía que escribe Sarris no lo juzga, sino que lo contextualiza. El autor nos obliga a ver a Justiniano como un producto de la Tardoantigüedad, donde el poder imperial y la autoridad divina eran uno solo.

Justiniano nos desafía. ¿Debe un legado de justicia legal compensar una vida política de crueldad y fanatismo religioso? ¿Qué tipo de héroes elegimos en la historia? Este es el debate que abre el gran trabajo de Peter Sarris.

La época de Justiniano no solo fue marcada por la ambición legislativa y militar, sino también por el desastre: a partir del 541 d.C., su imperio fue devastado por la Plaga de Justiniano, una de las primeras pandemias documentadas en la historia, causando una disrupción social y económica masiva. Esta crisis global, lejos de frenar la visión imperial, la intensificó, llevando a Justiniano a redoblar su enfoque en la uniformidad religiosa como ancla de estabilidad. Peter Sarris destaca que esta pandemia es uno de los muchos desafíos que resuenan hoy, incluyendo el cambio climático y la lucha por la identidad. De forma paralela y 14 siglos después, la decisión del gobierno turco de reconvertir Santa Sofía en mezquita en 2020 se tomó también en un momento de profundo trastorno global—la pandemia de COVID-19—, sugiriendo que, tanto en la Antigüedad Tardía como en la actualidad, las grandes crisis sanitarias y sociales son a menudo el contexto perfecto para que los líderes ejecuten movimientos audaces y simbólicos destinados a reforzar el poder, la fe y la identidad nacional.

Peter Sarris