Ese librero que se toma libertades poniéndome libros en la mano y que yo no me atrevo a llevarle la contraria, lo hizo hace un par años con Kokoro, 心, (こころ), de Natsume Soseki 夏目 漱石, de la Editorial Gredos, traducción de Carlos Rubio. Cuando vi el libro, miré al tipo y pensé que quería que empezase a leer una enciclopedia. El libro es de pasta dura y está numerado, es de una colección, UNIVERSAL. Así que me fui con este libro tan feo. Cuando llego a casa y me pongo a leer, lo cierto es que no pude parar y, cómo no, lloré un poco, en realidad estuve moqueando un buen rato. No digo en que momento fue para no estropear la historia de quienes no lo hayan leído, los que sí lo leyeron sabrán perfectamente a que me refiero (o no, tal vez nadie haya llorado, seguro que sí).
Libro que me gusta, autor que exprimo (le dejo sin sangre). Recibí con mucha alegría la publicación de Botchan (坊っちゃん) en 2009, publicado por la editorial Impedimenta y siguió mi alegría con Sanshiro, 三四郎. Y no hace mucho, esta estupenda editorial, nos sorprende con Soy un gato (吾輩は猫である wagahai wa neko de aru). Traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés.
A estas alturas poco puedo aportar que no se haya dicho de esta obra. Está considerada como un clásico de la literatura japonesa. Eso en Japón, porque en España apenas es conocido, pero bueno, internet está haciendo maravillas y este libro ha tenido una gran acogida.
A diferencia de los otros libros que mencioné de Soseki, Soy un gato es un novelón, más de seiscientas páginas. El autor escribió las aventuras de este gato sin nombre por entregas para una revista de la época (año 1905), supongo que por ello alarga diálogos y situaciones que se podían cerrar antes. Ya, ya sé que hay auténticos forofos de este gato y aún no leí crítica que hablase de esto, pero hay que decirlo, no conozco novela de seiscientas hojas que no flaquee en algún momento y ésta tiene sus momentos bajos.
Dejando esto a un lado, la lectura es fluida y no parece de principios del siglo XX. Nos hace un retrato sorprendente de la sociedad japonesa de la época, la apertura a occidente y al propio tiempo querer preservar algunas costumbres japonesas. El gato no deja títere con cabeza y a todos los personajes les da un buen repaso. Hay que decirlo, el gato es un cotilla y al mismo tiempo nos convertimos en cotillas.
Nos cuenta las desventuras del profesor Kushami (mediocre, mal vestido y feo), de su familia (esposa y dos hijas, mejor no hacer comentarios), amigos, vecinos... La época que retrata es la de los coletazos de la era Meiji, 明治時代 (1868-1912).
Cuando se habla de esta novela, siempre se dice su principio (como el del Quijote), Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre. No sé dónde nací. 吾輩は猫である。名前はまだ無い。どこで生れたかとんと見当がつかぬ (Wagahai wa neko de aru. Namae wa mada nai. Doko de umareta ka tonto kentou ga tsukanu).
Disfruté mucho de la lectura y pido a Impedimenta que agote a Natsume Soseki, aún quedan unos cuantos libros por traducir.
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