No habrá paz para los malvados - Enrique Urbizu

Antes de que la quiten de la cartelera haré una entrada, ir a verla, se sale del cine muy a gusto. Dicen que es cine negro, será, yo diría que es José Coronado en estado puro. Testosterona a raudales.

Tal vez sirva esta película a muchos y a muchas para descubrir a este pedazo de actor, no está mal. Pero tiene una larga carrera cinematográfica.  En una entrada anterior, decía de Brat Pitt que no ha recibido el reconocimiento que se merece como actor por ser tan guapo, creo que es lo mismo que le pasa a José Coronado.

Porque vamos a ver, si tenemos dos películas, una con Luis Tosar y otra con José Coronado, pregunto, ¿a quien le dan el premio de mejor actor?, pues a Tosar, (por supuesto que es un pedazo de actor y yo bebo los vientos por él, de eso no hablo), los guapos lo tiene más difícil, lo he dicho muchas veces y creo que seguiré diciéndolo muchas más. Lo cual no quiere decir que todos los guapos sean magníficos actores, pero cuando un señor (o señora) es guapo y además tiene otras cualidades, éstas también hay que reconocerlas.

Hoy se estrena la película Mientras Duermes, con el maravilloso Luis Tosar y de la que acabo de sacar las entradas para la sesión de las ocho, ya la fotografía del cartel me dice que la cosa para Coronado está muy difícil. Si me da tiempo entre hoy y mañana, hago su correspondiente entrada y por supuesto diré a quién le daría mi hipotético Goya al mejor actor.

Dicho lo cual, hablemos de No habrá paz para los malvados. Se comenta mucho que por qué no dieron en el festival de San Sebastián a José Coronado el premio a mejor actor, independientemente de como esté el griego (Antonis Kafetzopoulos) al que dieron la concha de plata, tuvo que influir el guión de la película española. Hay que decir que es algo malo, me explico, es enrevesado, por tanto, las excelencias hacia el mismo, del que es responsable el propio Urbizu y Miche Gaztambide, no las comparto.

Una película como esta no puede tener estos fallos, primero nos presentan a un tipo borracho, mal hablado y (spoiler) que se lía a tiros a las primeras de cambio, mata a tres personas, después de pedir anís del mono y a renglón seguido, si bien sigue dándole que da gusto a los cubatas, se involucra en una investigación de altos vuelos, con terroristas islamistas, no bastaba con los traficantes colombianos. Un batiburrillo un poco absurdo que se hubiera solucionado, con unos flashback, por ejemplo, o cualquier otra forma sencilla y no la dada en la película, que te lo cuente el inspector (Juanjo Artero), el que le ríe las gracias a la jueza (Helena Miquel), porque hubo muchos espectadores que salieron del cine sin saber muy bien de qué iba, a pesar de gustarle la película, estas cosas pasan.

La jueza que anda detrás del Santos Trinidad, que también el nombre se las trae, mira tu, como si no hubiera otro un poco más llevadero, la única explicación es para darles a los islamistas en los morros, que soy la Satísima Trinidad. Por cierto, un tipo con aspecto de vikingo es el que aprovisiona a los terroristas del material para los atentados, no era dinamita, pero solo faltaba que el tipo tuviese acento asturiano.

Con esta pinta de vendedor de chatarra se ha pasado toda la película

Hablando de ese inspector y de la jueza, cosa más sosa nunca la vi. Madre del amor hermoso, la jueza una pija y el inspector con esos ojos que parecía que se la quería comer, creo que babeaba. Otro que también se las trae es el compañero de Santos Trinidad, Rodolfo (Rodolfo Sancho), para empezar podían haberle puesto otro nombre, un poco soseras el personaje. Urbizu debió de preocuparse de lo que hacía Coronado y a los demás los olvidó. El que me gustó mucho fue Pedro María Sánchez, con sus verrugas y todo, tiene un pequeño papel, pero muy bueno, con una dicción magnífica, de los pocos que se les entiende cuando hablan, el mejor de los secundarios.

Pedro María Sánchez
No encontré una foto suya de la película, tampoco sale en el trailer, así que pongo una de sus años mozos.

En fin, No habrá paz para los malvados, es para uso y disfrute de José Coronado. Hacía tiempo que un personaje como Santos Trinidad no me llenaba tanto. Afortunadamente está prácticamente durante toda la película. La cámara baja para disfrutar de su esbelta figura, con sus botas de punta, las chaquetas, con ese aspecto de macarra, no es que me guste, pero me atrae un poco. En fin, que me lo pasé muy bien a pesar de todo lo que cuento arriba del guión.

                                      

Enrique Urbizu