
Hay diez películas nominadas al Oscar a la mejor película y cinco a la mejor dirección. Pero, como nos gusta el morbo, en todas las quinielas se compara
Avatar y
En tierra hostil.
Empecemos con James Cameron. Este hombre es famoso por Titanic (y por Terminator, Abbys... ) película que no he visto y no pienso ver. Hay cosas que me caen mal, sin explicación lógica, las rechazo de plano y ya está, eso me ocurre con Titanic. Me ocurría otro tanto con Avatar, pero decidí ir a verla, ¿por qué?, iba bien acompañada al cine, así que, puse mucho interés. Me coloqué mis gafas y a la aventura. Sin embargo, según pasaban los minutos, aquello era como un globo que iba perdiendo el aire poco a poco. A los cinco minutos de empezar la película, quería tirar las puñeteras gafas, pero me contuve. Un verdadero desastre. Lo peor de todo es el guión, es malísimo. Producto de Hollywood puro y duro. Es ñoña hasta decir basta, la historia de amor del soldado paralítico y la alienígena, qué puedo decir, da asco. Edulcorada hasta la saciedad. Los buenos son buenos, pero "retequebuenos" y los malos, no son sólo malos, son malísimos, es más, son unos fascistas, por tanto, lo peor de la sociedad.
James Cameron, sospecho que no es humilde, debería haber dejado el guión en manos de quien supiera contar historias. Así como, buscó lo mejor para los efectos especiales, y lo consiguió, tendría que haber hecho lo mismo con el guión. Así tendríamos una película equilibrada, al menos. Esa publicidad sobre que Avatar es una revolución y que Cameron es un artista, ni caso. Esta gente no sabe nada de historia del cine. Si el cine que nos viene va a continuar por estos derroteros, no vuelvo a una sala de cine, yo comienzo a tirar de mi videoteca, que está muy bien surtida, y a disfrutar.
¿De qué va Avatar?. Si a estas alturas hay alguien que no lo sepa, un pequeño resumen: Se ambienta en el año 2154, el planeta Tierra está en crisis energética y necesita un mineral que Pandora, otro planeta, tiene de eso y mucho, la solución es sencilla, cogerlo. Existen dos formas, la buena y la mala. La buena será conquistando pacíficamente a sus habitantes, Na'vi, hacerse amigos de ellos, que simplemente nos den el mineral, y la mala, por supuesto, es la militar, arrasar con todo. Aquí a destacar el personaje de Stephen Lang, al menos es entretenido, hagamos este trabajito y volvamos a casa, o algo así, al más puro estilo de Rambo, además, el peinado es brutal, ¿o eran cicatrices?, no me acuerdo, pero era de lo más chulo.
En una entrevista a James Cameron, le preguntaban por qué Sigourney Weaver fumaba (esto ya no está muy bien visto, ¡si Bogart levantara la cabeza!), va y contesta el sesudo Director, para que se sepa que es una persona maleducada, ¿mande?, este tipo es un simple.
La atmósfera de Pandora es tóxica para los humanos. Los terrícolas crean unos cuerpos con ADN humano y alienígena, controlándolos a través de la conciencia de los humanos (uno por el soldado paralítico, otro lo controla la fumadora de Weaver, cerebro de todo este asunto, y otro, controlado por otro científico).
Las imágenes creadas con ordenador junto a los personajes reales, el 3D y el lenguaje inventado por Cameron para los Na'vi, es a lo que llaman la revolución del cine. Afortunadamente, el cine es mucho más y de revolución nada, la única revolución es la cuenta corriente de James Cameron que está a rebosar. La última escena nos dice que habrá una segunda parte. También se habla de videojuegos, muñequitos, etc.
Visualmente, Avatar está muy bien. Que le den el Oscar a los mejores efectos especiales, pero que se quede ahí.
¡Caray!, acabo de destrozar la maravilla de la taquilla, bueno, no era mi intención, pero no voy a borrar todo lo escrito, ahí se queda hasta que
Google quiera.

Y ahora En tierra hostil (The Hurt Locker) de Kathryn Bigelow (Le llaman Bodhi, Cuando cae la oscuridad...). Esta mujer es muy interesante, al menos, bastante más interesante que su ex. Punto para ella. Sin embargo, a esta película le veo un peligro, que ya comentaré al final.
Nos sitúa la historia en Bagdad, capital de Irak y nos muestra sutilmente, sin mencionar, el terrorismo que impera en la ciudad, gracias a la intervención norteamericana y países amigos en busca de las armas de destrucción masiva y posterior derrocamiento, al final ejecutado en la horca, de Saddam Hussein. Esto ni se insinúa en la película, crítica que se ha hecho a la directora por no haber arriesgado más en su historia. Tampoco es para criticar, creo que Bigelow quiso contar una historia centrada en unos personajes y nada más.
Esta película fue estrenada en el Festival de Venecia de 2008, una película más, sin pena ni gloria, pero en Estados Unidos ha tenido mucho éxito.
La película comienza con una cita de Christopher Lynn Hedges, el que fuera corresponsal del New York Times, sobre la adicción a la guerra, la guerra es una droga. Su duración es de unas dos horas, no se hace pesada, la primera hora estás en tensión, es impactante, luego hay un bajón, y casi al final de la película se vuelve a animar un poco. Está rodada como si fuese un documental, cámara en hombro. Esto está muy bien, pero durante toda la película llega a cansar un poco. Trata de una unidad de desactivación de bombas, en realidad de un chalado, Jeremy Renner, que expone su vida y la de sus compañeros continuamente. Está nominado al Oscar al mejor actor. Hace un buen trabajo, muy bien dirigido, un personaje que da la impresión de ser una mezcla entre militar y cowboy.
Hay escenas que son poco creíbles, como la de apagar un coche en llamas con un extintor. En esto empiezo a recordar un curso que hice de prevención de riesgos y nos enseñaban a utilizar los extintores. Decía el profe, salvo que se trate de una papelera y sea un conato, por ejemplo, un extintor no sirve de mucho más, si es un fuego más grande poneros a salvo y si podéis llamar a los bomberos. Pues bien, con un solo extintor, este chiflado apaga el fuego de un coche que estaba ardiendo y encima lleno de bombas. Hay otras escenas que tampoco nos podemos creer, así el cariño que coge a un niño que anda por allí ganándose la vida como puede. Otra, cuando escapa por la noche a hacer sus cosas de soldado. Pero el remate fue cuando llega a su casa y lo tranquilo que se ve con su mujer (Evangeline Lilly, de Lost) e hijo, tiene una sonrisa de "nirvana", que te preguntas, qué pasa. También tienen cameos, Guy Pearce y Ralph Fiennes.
¡Qué peligro!, sí, del que hablaba arriba. La adicción a la guerra, la guerra es una droga que se mencionaba al principio, ¿a qué se refiere?, ¿qué nos quiere contar la directora?, los jóvenes que quieran experiencias fuertes, a esos que les gusta tirarse de un puente, por un barranco..., porque quieren que la adrenalina les fluya por todo el cuerpo, que vayan a la guerra y pongan su vida en peligro, no hay mejor subidón. El ejército nunca tuvo mejor apoyo para reclutar a soldados. Evidentemente, esto es de cosecha propia, Kathryn Bigelow dice que es una película antibelicista, si ella lo dice, habrá que creerla.