Somos más quienes te apoyamos que quienes tienen el insulto por bandera.
La última barbaridad que esta mujer y su familia han tenido que soportar, la podéis leer en la prensa.
Es una labor de todos para que estas conductas desaparezcan, al menos, de los parlamentos.
4 comentarios:
Gracias Bara por tu denuncia. Yo también siento pena por estos personajes, que no son dignos ni de mi ira.Me pregunto que pasará por la sesera de semejantes personajes. Tal vez en lugar de cerebro tengan serrín. Lo más probable es que les faltan neuronas, las que tienen la función de permitirnos ponernos en el lugar de los otros. Probablemente sean incapaces de amar porque no se aman a sí mismos, porque desconocen la fuerza del corazón y se quedan en su limitada y triste mente egocéntrica.
Sí, Bara, sí. Acabo de echar un vistazo a El País y me he quedado estupefacto. No es que se metan con una mujer y más ministra en estos términos, es que el que haya pronunciado tamaña expresión de desatino tiene que tener esa boca fácil y maloliente para todo. Dudo que les aguanten en su casa. Solo les deseo que sean boicoteados por su entorno hasta el límite del apartamiento social. Como dice Sonia, amar no cabe en la mente de un insultador.
Me parece bien que te hayas hecho eco veloz, no es para menos. Esas conductas, por cierto, claro que no deberían estar en los parlamentos (supuestos espejos de la sociedad) Es que deben desaparecer de cualquier parte. Si tú supieras la de imágenes verbales semejantes que he tenido que aguantar en mi vida laboral sobre compañeros o simple gente de paso...
Jeje Sonia, muy bien, además, de la falta de esas neuronas que dices, creo que simplemente tenía una neurona y ésta se fue de turismo
(este es uno de los chistes feministas que me contaba mi abuela, tenía una buena retahíla).
A mi no dan pena, todo lo contrario, me gustaría patearles el culo y no volver a verles nunca más.
Un abrazo
Fackel,
No sé, pero da la impresión que vale todo. Yo también en el ámbito laboral oigo comentarios que me dan mucha vergüenza, a mi me empieza a hervir la sangre, y como no lo puedo remediar, comienzo a bufar. Así que, ahora que le cogí la medida a los coincidentes laborales habituales, se controlan y ya tenemos paz y no tengo que oír las auténticas burradas que cuentan esos de los que dices que tienen boca fácil y maloliente para todo.
Lo del Parlamento, es que cada vez lo llevo peor, hay cada energúmeno de político, y que encima les pagamos, no tienen ningún respeto por los derechos fundamentales de la persona. Bueno, creo que esto es un mínimo para los que viven de la cosa pública.
Chao, supongo que tendremos muchas ocasiones para hablar de esta gente.
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