La Península de las Casas Vacías: Cuando la guerra es realismo mágico
Un año de contrastes y el hallazgo de Jándula.
Si mal no recuerdo, dediqué gran parte de 2025 a leer a autores ingleses. Tenía planeado un viaje de un mes por Gran Bretaña e Irlanda, y quería empaparme de la literatura de aquellos lares. Por eso, toqué muy poco el japonés y mucho menos la literatura española. De nuestra lengua patria solo leí a Irene Vallejo con El infinito en un junco (un libro hermoso donde los haya, que próximamente tendrá su entrada en el blog), y hace solo un mes, tuve la oportunidad de leer a Javier Marías con Corazón tan blanco.
Esta última fue una lectura muy absorbente que todavía me hace reflexionar de vez en cuando (ese final... ya hablaré de él en otro momento). Tengo ese ejemplar porque lo heredé: en mi familia, cuando quieren vaciar una casa —nunca mejor dicho—, me llaman. Ya veo las cajas de libros preparadas para que me las lleve, y así fue como abrí las páginas de Corazón..
El asalto de David Uclés
Sin embargo, al regresar de mis vacaciones británicas, La península de las casas vacías comenzó a asaltarme por todas partes. Google no paraba de sugerirme noticias y personalidades muy sesudas hablaban maravillas de la obra. En fin, no me pude resistir. En una visita a la librería, creo que fue en octubre, vi casi una pared entera dedicada a este libro de tapa dura, con el mapa de Jándula, de Iberia y el árbol genealógico de la familia protagonista.
He leído bastante sobre la Guerra Civil española, un tema que conozco bien porque mi familia me habló mucho sobre ella y que también la sufrió como tantas otras. Pero David Uclés nos habla de ella de una forma tan peculiar que, si has leído a García Márquez, sentirás que La península de las casas vacías es nuestro realismo mágico patrio actual, pero sin escatimar todo el horror de una guerra civil, hermano contra hermano.
La perspectiva de la nueva generación
Es especialmente revelador que David Uclés, nacido en 1990, aborde un trauma como la Guerra Civil con esta perspectiva. Su distancia generacional le permite liberarse del peso del realismo puro que marcó a las primeras narrativas del conflicto. No se trata de recontar los hechos como una crónica, sino de procesar el eco emocional del trauma a través de la fantasía. Al introducir elementos insólitos y el citado realismo mágico, Uclés nos obliga a mirar más allá de la historia documentada, centrándose en el mito, el folclore y cómo el horror transforma hasta la propia geografía de un pueblo. Es una forma valiente y necesaria de reescribir la memoria.
La deshumanización del conflicto
La novela narra la descomposición de una familia en Jándula a causa del conflicto y la deshumanización del pueblo. Uclés nos muestra cómo, al creer que el inicio de la guerra y la toma de partido nos da derecho a actuar como una manada, el único objetivo pasa a ser la exterminación del enemigo, sin importar en qué bando estés.
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